Pongo por aquí las leyendas de Cuenca. El texto es autoría de Eliecer
Cárdenas Espinoza. Y el texto reza:
" LAS BRUJAS VOLADORAS
Existe la tradición,
seguramente muy antigua, de que por las noches hay mujeres que son
brujas y que vuelan por las noches. Bien sea en escobas o sobre algún
espantoso animal diabólico. Para que una bruja que surca el cielo
nocturno se estrelle contra el suelo, solía decirse que hay que
coger una tijera y mantenerla abierta sobre el piso. Infaliblemente,
la malvada bruja se daba una tremenda caída.
DUENDES Y APARECIDOS
Pocas son las casonas del
Centro Histórico de Cuenca que no tengan una historia de duendes y
aparecidos. Por lo general, según la tradición, se trata de las
almas de personas que cometieron algún pecado y han sido condenadas
a vagar por las noches.
Algunos de estos espectros
señalan el sitio donde guardaron un entierro o tesoro. Pocos son
los que tuvieron la suerte de reparar en la muda advertencia
espectral, y luego cavaron en el lugar preciso, en medio de mil y una
precauciones, por lo del antimonio o gas maléfico que despiden los
lugares donde haya un tesoro enterrado, y se volvieron muy ricos. En
cuenca había algunos personajes, prósperos de al noche a la mañana,
de los que el vulgo decía que “hallaron un entierro”.
EL ÁRBOL DEL DIABLO
Desde tiempos
inmemoriales, el árbol del tocte (nogal americano) es considerado
por las gentes de la periferia cuencana y los campesinos de la región
como El Árbol del Diablo. Por alguna razón, se dice que el maligno
tiene preferencia por los sombríos y coposos árboles de tocte.
En los barrio de las Tres
Tiendas y la Gloria, que antaño estaban llenos de espaciosas
quintas, con gran números de arboles de tocte, cuenta que el diablo
en persona solía aparecerse, teniendo una guitarra, encaramado en un
árbol. Muchos mozalbetes juerguistas recibían el susto de sus
vidas, al advertir al maligno, riéndose a carcajadas y rasgando su
guitarra. La figura del diablo guitarrista como ominosa advertencia
de la perdición de los bohemios muchachos noctámbulos surtía
efecto."
Sigo buscando mi entierro.
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