Al inicio de este año se realizó una traducción de capítulos de un libro que trata el tema de los huertos urbanos y jardines comunitarios, específicamente el libro habla de intervenciones / casos de éxito en Alemania. Los enlaces a estos capítulos que hablan también del "buen vivir" son :
https://barrosjuan.blogspot.com/2024/04/club-de-futbol-y-jardin-comunitario.html
https://barrosjuan.blogspot.com/2024/03/aprendizaje-colectivo-huertos-urbanos.html
Hoy asistí a una conferencia sobre cambio climático y migración (inundación, sequía, seguridad alimentaria, etc. etc.) y una de las expositoras habló de Cuenca y cómo sus huertos urbanos son un ejemplo de resiliencia para migrantes. Obviamente no conozco del tema y además pensaba que estos huertos urbanos son inexistentes en mi ciudad. La publicación / referencia es la siguiente:
"Agricultura urbana en América Latina y el Caribe. Casos concretos desde la mirada del buen vivir". María Caridad Cruz. Febrero 2016. https://static.nuso.org/media/documents/Ma_Caridad_Cruz.pdf
En el texto se habla de Rosario en Argentina, Cuenca en Ecuador, y del caso de Cuba. Al ser del año 2016 el tema del buen-vivir estaba mucho más de moda que actualmente, era uno de los objetivos de los planes quinquenales de desarrollo (SEMPLADES?). Es decir, han pasado ya 8 años desde la publicación del artículo!
Programa de Agricultura Urbana (PAU)
Para mi sorpresa, el programa se inició en 1998, y en teoría continua hasta la fecha del artículo 2016. El programa tenía de todo, microcrédito, relevancia a la mujer, a las tradiciones, co-organización con comunidades, familias, autoridades, universidad, ONGs, reducción de la pobreza, recuperación de suelos, componentes de migración y familia, resiliencia, cultivo orgánico vs monocultivo; capacitación y comercialización.
"Se había introducido el fomento de la agricultura urbana en el plan de ordenamiento territorial y en ordenanzas municipales."
- 1998-2016?
- 28 entidades integradas
- financiamiento: municipio, ONGs, gente
- terrenos: municipales, públicos, comunitarios, privados
- 57 microcréditos
- 263 productores registrados
Los Problemas
Al ser centralizado el control y organización por parte del municipio, no se logró mantener en el tiempo y los cambios de administración. Otro problema fue la no consolidación del mercado productor/consumidor (falta de tecnología en la época?).
En resumen
Desde el 98 o desde el 2016 los cambios tecnológicos han sido significativos, la misma pandemia COVID19 aceleró algunos procesos tecnológicos en compras y distribución y valdría la pena analizar su potencialidad en la actualidad. ver por ejemplo la asociación:
Asociación Pamar Chacrín https://www.facebook.com/asopamarchacrin vendiendo sus productos durante el confinamiento a través de tecnologías gratuitas como whatsApp y Facebook market Place.
O sus equivalentes en comercios como supermaxi (tippi) o CORAL hipermercados, usando tecnologías similares.
Por otra parte, los capítulos del libro de Alemania muestran como pilar fundamental la comunidad con una intervención menor del estado (país, provincia, o ciudad, o barrio), mostrando que efectivamente es posible trabajar sin muchos recursos de estas instituciones.
En todo caso, sigamos conversando sobre cómo alcanzar el "buen-vivir".
TEXTO ORIGINAL
La ciudad de Cuenca, Ecuador
El Programa de Agricultura Urbana del cantón de Cuenca29, Ecuador, tuvo sus orígenes en 1998, como parte de las políticas municipales reflejadas en la concepción de «una nueva ciudad», dentro del plan de gobierno que se proponía la «elevación permanente y progresiva del nivel y calidad de vida de todos los cuencanos y cuencanas, pero de manera especial el de los pobres de la ciudad y el campo» (aportado por la Alcaldía de Cuenca en 1998, siendo alcalde el arquitecto Fernando Cordero Cueva, también en aquel momento presidente de la Sociedad Interamericana de Planificación, SIAP), capacitando a la comunidad para la autogestión de sus barrios, cogobernando con organizaciones comunitarias, facilitando la apropiación ciudadana de los espacios públicos y la presencia de las mujeres en proyectos municipales, entre otros. Entre sus programas y proyectos estaba motivar y capacitar a las familias para fomentar huertos, para disminuir los problemas de alimentación y rescatar tradiciones30.
El programa de agricultura urbana se fundamentó a través de un diagnóstico participativo en el que intervinieron direcciones municipales, ONG y la Universidad de Cuenca. Los problemas identificados resaltaban la existencia de muchos espacios desocupados de propiedad municipal, estatal, institucional y privada; una expansión urbana con afectación del suelo agrícola y las fuentes de agua; actividad agropecuaria basada en químicos, monocultivo y mal manejo de los suelos y pendientes, lo que generaba erosión y contaminación; alto nivel de desempleo y migración hacia otras ciudades y el extranjero, que acarrea problemas de debilitamiento familiar y cambios culturales; elevación de los precios de los productos agrícolas en detrimento de los sectores de la población más necesitados; y acciones institucionales transitorias, aisladas y muy sectoriales.
Entre las potencialidades, estaban la voluntad política del gobierno local para impulsar la agricultura urbana en beneficio de la población y del ambiente; la preocupación de la población por preservar sus recursos naturales, la cultura y el patrimonio construido y la acción de OMG que estaban desarrollando en la ciudad y su periferia proyectos de agricultura orgánica, o componentes de esta.
Esta etapa de trabajo propició logros, tales como un nivel de integración entre las entidades participantes, necesario para potenciar acciones más abarcadoras; la creación de un equipo interinstitucional31 para asegurar el proceso; la definición del papel coordinador de la municipalidad32 y las áreas de trabajo conjunto en relación con la capacitación y la comercialización. Al respecto, se
diseñó una ética de trabajo que debía reconocer la experiencia y especialización de cada institución, apoyar acciones en áreas comunes, evitar el paternalismo, respetar la dinámica de las comunidades con una perspectiva de género, incidir en la falta de credibilidad manifiesta entre la municipalidad y las ONG33 y rechazar el protagonismo institucional. Con estas definiciones, el Programa de Agricultura Urbana (PAU) de Cuenca fue presentado a la población en un acto convocado con ese fin.
Su principal objetivo proponía desplegar un conjunto de proyectos y acciones, concebidos y ejecutados por diferentes instituciones, comunidades y personas, para promover el rescate de tradiciones, contribuir a la reducción de los problemas de alimentación generados por la crisis económica del país, potenciar y fortalecer procesos de descentralización, de economía local y gestión ambiental, estableciendo la actividad productiva integrada al ambiente de la ciudad y su área de influencia inmediata34. Identificar y aprovechar los recursos y «desechos» locales resultó un objetivo potenciado posteriormente.
Pasados dos años de iniciada la ejecución del PAU, los logros sociales, económicos y ecológicos más significativos eran las 28 entidades locales integradas al equipo interinstitucional: el apoyo de recursos financieros aportados por la municipalidad, las ONG y la gente35; la difusión de los avances del programa por los medios de comunicación; más de 700 personas alimentándose y comercializando la producción de huertos establecidos en terrenos particulares y áreas demostrativas/grupos comunitarios; grupos de estudiantes, personas jubiladas, con discapacidades, vinculadas a centros laborales y otras, produciendo en terrenos colectivos e institucionales.
La comunidad, organizada en grupos, utilizaba, para producir abonos, la materia orgánica de nueve mercados, el cementerio municipal (flores desechadas), los residuos de la planta de tratamiento del matadero de reses y del mantenimiento de las áreas verdes de la ciudad. 263 productores y productoras comercializaban, en cuatro ferias y mercados. 54 familias obtuvieron microcréditos con facilidades de pago y muy bajos intereses. Se había introducido el fomento de la agricultura urbana en el plan de ordenamiento territorial y en ordenanzas municipales. Incluyendo a las personas que adquirían los productos en ferias y mercados, se estimaban más de 3.000
que se beneficiaban directamente de los resultados del PAU. El interés de la población por hacer agricultura urbana continuaba creciendo.
¿Dónde estuvieron los problemas que comenzaron a debilitar el proceso? Los más significativos fueron:
a) que la coordinación general del PAU no se aseguró, de manera que se incrementaran con la autoridad necesari, a las relaciones hacia dentro de la Municipalidad, ni que se fortalecieran los vínculos interinstitucionales;
b) no se consolidó suficientemente la conexión producción comercialización para trascender los espacios alcanzados, para llegar incluso a la defensa de un mercado propio que incentivara la producción.
Se intentó, sin resultados, generar un fortalecimiento que proponía articular el programa a la estructura orgánica del municipio; situar la comercialización como eje para recuperar, a favor de la sostenibilidad, la participación de las entidades que se habían involucrado en el proceso, y asegurar el incremento de la capacitación y los microcréditos, de manera individual o colectiva, para los pequeños productores urbanos y rurales.
El Programa de Agricultura Urbana continúa en la actualidad36, pero la municipalidad no logró superar la tendencia a actuar como ejecutor directo, y desde sus predios capacita, apoya la comercialización y otorga microcréditos, aunque no en la cuantía y efectividad que generan las alianzas.
No obstante, los logros y debilidades de este proceso constituyen una fuente importante de aprendizaje, y un referente para el fomento de la agricultura urbana en las ciudades. Al respecto se destaca la concepción y ejecución participativa de un Programa de Agricultura Urbana que, partiendo de la realidad local, intentó proyectarse teniendo en cuenta los intereses, demandas y potencialidades de múltiples entidades y, sobre todo, de la comunidad. Asimismo, se trata de tener la capacidad de identificar y utilizar ampliamente la carga de residuos orgánicos (desechos) de la ciudad a favor de la población y del hábitat, algo que no ha alcanzado ninguna otra experiencia de la región.