martes, 26 de septiembre de 2017

Los hermanos Wright, 1903

Alguna vez en Philadelphia o Filadelfia, recorriendo el aeropuerto encontré diseños de aviones antiguos, los primeros aviones. Al mirar esas fotografías daba la impresión de que esa ciudad había tenido un papel protagónico en el desarrollo de tan magnifico logro, poder volar.
Es así que entro en una tiendita, alias kiosko, para pasar el tiempo entre conexiones. Como en cualquier tiendita, hay de todo lo necesario. Cepillos de dientes, veinte diferentes tipos de revistas, bebidas como gatorade y powerade,  snacks y un grupo muy pequeño de libros. De entre ellos, todos decían ser el número uno en ventas del New York Times, o haber sido escritos por ganadores de premios como el Pulitzer u otros. La verdad que ninguno de ellos empataba con las vibraciones personales en ese entonces. Pero había uno de David McCullough llamado "los hermanos Wright" que llamó mi atención.

El libro en su parte posterior indicaba que en 1903 en Carolina del Norte dos hermanos de Ohio cambiaron la historia. Entonces lo primero que captó mi atención fue imaginarme la vida hace escasos 100 años. ¿Cómo es posible que en ese lugar del mundo se den con la idea y conceptos para poder volar y en mi ciudad y país, al sur, recién estabamos comprando el ferrocarril transandino? En realidad estábamos acabando de implementar el ferrocarril. Me parecen muy interesantes los pequeños detalles de la historia que todavía estoy aprendiendo. El libro permite imaginarse los detalles del día a día en 1900. El telégrafo, la educación masculina y femenina, la religión, las empresas que fabricaban bicicletas, los estudios científicos, la cocaína con fines medicinales (y los problemas de los adictos), etc. El libro tiene varias fotografías en diferentes años. Sin duda una lectura recomendada.

Y luego entramos en modo chisme. Armstrong cuando visitó la Luna llevó un parche del primer avión o aeroplano construido por los Wright pegado a su trajes espacial. Y la verdad es que ambos son del estado de Ohio. Y es que en teoría personas de los países bajos se establecieron en los estados altos en latitud de lo que ahora es estados Unidos. Y por sus capacidades lograron generar un ambiente próspero para el desarrollo de nuevas ideas. Muchos Jans que luego se convirtieron en los Yans y los Kee (Yankees). Por otro lado, el chisme indica que los franceses requerían poblar los nuevos territorios "adquiridos" y es así que extraoficialmente se les permitió a los reos salir libres con la condición de casarse con prostitutas y de ir a poblar lo que ahora es New Orleans. De ser cierto sería algo muy bueno, limpiar las calles de Francia de ladrones y prostitutas para que vayan a vivir muy pero muy lejos. Continuando con el chisme, existen teorías sobre la guerra civil de los estados Unidos, y me parecen muy relacionadas al los tiempos actuales. ¿Si poseo esclavos y la tecnología que requiero la puedo comprar a mis amigos ingleses, para qué necesito gastar recursos generando industrias? Es mejor continuar solo comprando y revendiendo, obtengo mi margen de ganancia y todos felices. Es aquí que las personas de la costa Este saben que quien tiene el sartén por el mango es en realidad el país que generar la tecnología. Y en resumidas cuentas es el inicio de la guerra civil gringa. El sur contra el norte. Pero si en realidad poseían un tanque de pensamiento, se dieron cuenta del camino que debían tomar para dejar de ser los compradores y ser los productores.

Volviendo al tema de hoy, es increíble como ha cambiado el mundo en escasos 100 años. Gracias a las tecnologías actuales puedo expresar lo que pienso mediante un teclado. Quizás no lo lea nadie, pero ahora podemos expresarnos de más fácilmente. Es posible encontrar libros en internet, tutoriales. Y pensar que hace 100 años el mejor regalo de navidad era recibir una naranja que provenía de la Florida. 
 

viernes, 22 de septiembre de 2017

¡Empezamos una nueva vida! ¡Nos vamos a otro país!

Para alguien tan ignorante como yo, cada oportunidad de ir al  teatro me permite en el mejor de los casos poder tener una idea nueva. Muchas veces el término ignorante se considera peyorativo en mi cultura, pero para mi es más como un estado, hoy puedo ignorar algo y si lo aprendo o estudio ya no seré más un ignorante. En realidad la percepción cultural juega un rol determinante, tómese por ejemplo el término pendejo.  En mi ciudad se considera un insulto no muy intenso que se puede tomar como sinónimo de tonto o tontito. Caso muy diferente cuando se lo pone en el contexto mexicano, dónde puede ser causal de golpes y rupturas.
El caso es que ayer tuve la oportunidad de ver una adaptación de la obra "los tambores" de Reiner Zimnik en el marco del festival escenarios de mundo en Cuenca. La verdad me gustó mucho la puesta en escena realizada por el grupo peruano "Perú Fusión Teatro". Se trata de un trabajo bastante físico y sincronizado y dado que la historia es la base de todo, la presentación fue bastante amena, llevadera y entretenida.

Es así que regresé a mi casa y pensaba sobre el texto original de la obra. Habrá alguna diferencia entre lo que relataron en la obra con relación al texto original del polaco - alemán. Para mi suerte, en Internet se encuentran varias versiones del cuento. Intenté encontrar alguna con las ilustraciones, pero encontré una solo con el texto. La dirección de la obra se encuentra en https://es.scribd.com/doc/8609123/Zimnik-Reiner-Los-Tambores  y más abajo la incrusté en esta entrada de blog.
Una historia o cuento interesante sobre la historia del mundo y de nuestros comportamientos que nos definen como humanos desde un punto de vista estadístico y no sentimental. Recomendado como historia de cama para cualquier niño grande de cualquier edad.



jueves, 21 de septiembre de 2017

del teatro y Cuenca

Cuenca es una ciudad pequeña. Fue la capital de un país que existió durante dos o tres días hace mucho tiempo al final de la era colonial, pero las élites de ese entonces no pudieron manejar la situación para mantener un ambiente propicio para el desarrollo de ese "país".  Un poco antes, Tomebamba (Tumipamba) fue considerada la segunda ciudad del Tahuantisuyu, lugar de nacimiento de Huayana-Capac durante las campañas de expansión del imperio Inca. Fue arrasada durante la guerra civil por el poder entre los hijos de Huayna-Capac, Atahualpa (Norte) y Huascar (sur- Cuzco).

Al ser una ciudad pequeña, pequeña en escala de América significa al rededor de 700 000 personas. Que comparadas con esos mega monstruos como Guayaquil y Quito (4 millones), Lima y Bogotá, Sao Paulo, etc.   no queda la menor duda.  Sin embargo, en esta ciudad se presentan algunos festivales desde hace varios años. Por ejemplo esta el festival internacional de cine de Cuenca, el festival escenarios del mundo, y hasta manifestaciones deportivas que resisten el paso del tiempo; véase por ejemplo la tradicional carrera de las cruces  , misma que debía ser corrida la víspera del día de la cruz el 2 de mayo. O la maratón gratuita de Cuenca con casi 30 años de tradición. De la misma manera existen manifestaciones con una periodicidad mayor, como son los conciertos gratuitos semanales de la Orquesta sinfónica de Cuenca, por lo general cada viernes a las 20h.

Los hijos de Cuenca, trabajan por su ciudad y preparan estos festivales con un intento de presentar un poco de "cultura" al populacho. Ya que no todos tenemos la oportunidad de por ejemplo asistir a la opera o a conciertos sinfónicos o a festivales de cine o a grandes maratones. La razón principal a mi parecer será el dinero necesario para realizar esas actividades en el exterior, pero de alguna manera los precios para acceder a estos espectáculos son "correctos" y por detrás existe un gran trabajo para poder realizarlos.

En esta ocasión recordaba el festival Escenarios del mundo, mismo que se realiza generalmente durante el mes de septiembre cada año.  El año pasado tuve la oportunidad de descubrir obras como "Otelo: el moro de Venezia" de Shakespeare y que data del año 1622. Otra obra que me pareció interesante fue la adaptación de "El enemigo del pueblo" de Henrik Ibsen de 1883. Finalmente, pude apreciar una adaptación de "El principito" de Saint-Exupéri. Todas estas obras me parecieron buenas debido a que a pesar de haber sido redactadas hace algún tiempo, de todos modos capturan el comportamiento humano con los sentimientos y las pasiones que nos perturban generación tras generación y que quizás solo muestran que no avanzamos como civilización.

Ayer fue la inauguración del festival número 11, misma que corresponde al año 2017. La obra se llama "las Voladoras" y relata las aventuras de tres brujas que intentan llevar el conocimiento a los pueblerinos. Como es de esperarse, las élites no realizan bien su labor pero el conocimiento ayuda a vencer estas élites que son responsables del estado deplorable del pueblo. Y de repente, veo que la obra inaugural del festival trata de mi ciudad, dónde un alcalde ya se encuentra en su tercer periodo, viaja constantemente a Europa, pero el cambio demora en llegar pues al igual que en "El enemigo del pueblo", nos damos cuenta de que el enemigo del pueblo no son las autoridades o las élites, el enemigo del pueblo somos los mismo ciudadanos que nos rehusamos a abrir el debate sobre los cambios necesarios en la ciudad pues sabemos bien que afectaran a nuestra comodidad. Las mismas emociones mezquinas presentadas en Otelo para proteger nuestro metro cuadrado de poder.  Y tal vez los mismos comportamientos que hicieron fracasar a nuestros ancestros desde el Tahunatinsuyu hasta la república del Azuay y hoy en día a nuestra ciudad.  Que bueno que existan brujas "voladoras" con ganas de hacernos volar a todos hasta poder alcanzar nuestros verdaderos límites.

Es decir, quedan todos invitados a vivir el festival anual Escenarios del Mundo para que nuevas ideas, ojalá, lleguen a la mente del pueblo.