viernes, 22 de septiembre de 2017

¡Empezamos una nueva vida! ¡Nos vamos a otro país!

Para alguien tan ignorante como yo, cada oportunidad de ir al  teatro me permite en el mejor de los casos poder tener una idea nueva. Muchas veces el término ignorante se considera peyorativo en mi cultura, pero para mi es más como un estado, hoy puedo ignorar algo y si lo aprendo o estudio ya no seré más un ignorante. En realidad la percepción cultural juega un rol determinante, tómese por ejemplo el término pendejo.  En mi ciudad se considera un insulto no muy intenso que se puede tomar como sinónimo de tonto o tontito. Caso muy diferente cuando se lo pone en el contexto mexicano, dónde puede ser causal de golpes y rupturas.
El caso es que ayer tuve la oportunidad de ver una adaptación de la obra "los tambores" de Reiner Zimnik en el marco del festival escenarios de mundo en Cuenca. La verdad me gustó mucho la puesta en escena realizada por el grupo peruano "Perú Fusión Teatro". Se trata de un trabajo bastante físico y sincronizado y dado que la historia es la base de todo, la presentación fue bastante amena, llevadera y entretenida.

Es así que regresé a mi casa y pensaba sobre el texto original de la obra. Habrá alguna diferencia entre lo que relataron en la obra con relación al texto original del polaco - alemán. Para mi suerte, en Internet se encuentran varias versiones del cuento. Intenté encontrar alguna con las ilustraciones, pero encontré una solo con el texto. La dirección de la obra se encuentra en https://es.scribd.com/doc/8609123/Zimnik-Reiner-Los-Tambores  y más abajo la incrusté en esta entrada de blog.
Una historia o cuento interesante sobre la historia del mundo y de nuestros comportamientos que nos definen como humanos desde un punto de vista estadístico y no sentimental. Recomendado como historia de cama para cualquier niño grande de cualquier edad.



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